'Resurrección del gallo y la gallina', tabla de Andrés de Melgar en el trascoro de la catedral de Santo Domingo de la Calzada. A la izquierda, tinaja con pico para decantar aceite y ánfora para transporte de vino. :: L.R.

Jesús Marino Pascual. www.larioja.com
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Cómo vivía los miembros de la nobleza riojana en el Renacimiento? ¿Qué comían? ¿Qué bebían? ¿De qué manera se divertían? Además de documentos, textos históricos y literarios, pintura o escultura que han llegado hasta nuestros días, un arte tan popular y extendido como la cerámica también aporta pistas, y muchas, sobre las andanzas de personajes tan ilustres como el duque de Nájera, mano derecha del emperador Carlos V, a caballo entre los siglos XV y XVI.

Esta finalidad, además de otras muchas como la conservación y catalogación de nuestro patrimonio, ha desembocado en la publicación del libro ‘La cerámica en el mundo del vino y del aceite’, que recoge las actas del XV Congreso Anual de la Asociación de Ceramología, celebrado en Navarrete a finales del 2010. Artículos de los mayores expertos en cerámica de la geografía nacional aparecen en este volumen que ha financiado el Ayuntamiento de la localidad alfarera.

Entre los ensayos seleccionados, se incluyen los del Galardón de las Artes de La Rioja 2011, el arquitecto Jesús Marino Pascual, titulado ‘Arquitectura para la cerámica en la bodega Darien’, o el del arqueólogo riojano Pedro Álvarez Clavijo sobre ‘Contextos arqueológicos para cerámicas del siglo XVII en Logroño’.
Original y descriptivo, desde la perspectiva del arte, la historia y la sociología, es el trabajo del profesor de la UNED Enrique Martínez Glera y de Teresa Álvarez, del Museo de La Rioja, ‘Representación de objetos cerámicos en la producción pictórica y escultórica del arte en La Rioja’. El abanico cronológico de la investigación abarca de los siglos XV al XX, con obras -entre otros- de Andrés de Melgar, Alonso Gallego, Guillén de Holanda, Simeón de Cambray, Arturo del Campo o Emilio García Moreda.
Pero uno de los ejemplos más curiosos corresponde a una tabla de Andrés de Melgar, en el trascoro de la catedral de Santo Domingo, que representa la resurrección del gallo y la gallina. «La escena -explica Martínez Glera- se desarrolla en la mesa del corregidor. La vajilla es de calidad, en la que destaca un plato hondo de perfil octogonal, muy similar a los hallados en las excavaciones del alcázar de Nájera».
Aunque los artistas se tomaban sus licencias a la hora de recrear un ambiente, no cabe duda de que los objetos de su época influían de forma poderosa. El hecho de que Melgar tuviera mucha relación con los Manrique de Lara, inquilinos del alcázar, hace pensar que la tabla del milagro calceatense reflejara la vajilla de los duques de Nájera.
Información publicada en: http://www.larioja.com/v/20120607/rioja-comarcas/vajilla-duques-najera-20120607.html