Ayer me sentí como niña con zapatos nuevos traspasando los torniquetes de acceso a la Feria. Este año hay sólo dos pabellones, se nota que la crisis aprieta y que Alimentaria está a la vuelta de la esquina. Si hay algo a destacar es el aumento progresivo de representantes del mundo del aceite de oliva virgen extra. Siendo como es una feria dedicada al sector Gourmet no es extraño que cada día las marcas, sea cual sea el alimento que contengan, busquen imágenes impactantes para atraer a un consumidor que parece comer más con los ojos que con la boca.

Muy interesante el trabajo de la Interprofesional del Aceite de Oliva de España al poner a disposición del público la posibilidad de catar hasta una centena de aoves de toda España. Ayer no me dió tiempo a catarlos todos y espero poder disfrutar de ello durante el resto de los días que dura la Feria. Es un placer ver al público con interés por nuestros aoves pero hay algo que me preocupa enormemente: que se busque atraer al consumidor por la imagen y no por la calidad del producto.

Mirando detenidamente todos los aoves expuestos te das cuenta de la enorme variedad y en algunos casos envases que se asemejan más a frascos de perfumes o licores. Eso me parece genial siempre y cuando el contenido esté a la altura de tan costoso continente. Creo que estamos perdiendo la oportunidad de hacer las cosas bien, educando, enseñando al consumidor a diferenciar los buenos de los malos aceites pareciendo sólo estar interesados en vender “botellas”.

Triste panorama para los consumidores que están en medio de un desconocimiento sobre el producto, unos “aceites gancho” tirados de precio de las grandes superficies y unos comercializadores que sólo están interesados en mucho ruido y no siempre muchas nueces. Eso sí, a precio de cualquier perfume de Chanel aunque dentro lleven realmente agua de colonia monda y lironda. No son todos, afortunadamente, pero en medio de ese marasmo estamos todos perdidos y en realidad nadie sale ganando.

Por Mar Luna Villacañas. Directora de Oleturismia y Escuela Europea de Cata y Oleocultura.